Los niños no tienen la capacidad de juzgar la distancia y la velocidad de los vehículos tan bien como los adultos. Además, no comprenden realmente el daño que pueden sufrir si corren hacia la calle. Por eso es importante empezar a enseñarles seguridad en la calle cuando son pequeños.
- A algunos niños les da vergüenza que les vean en público con sus padres. A pesar de ello, acompaña siempre a los menores de diez años.
- Las calles residenciales sin mucho tráfico son las menos intimidantes. Estas vías de baja velocidad pueden ser buenos lugares de aprendizaje para los niños.
- Aparta teléfonos, juguetes y otras distracciones cuando estén cerca de coches. Principalmente, al cruzar una intersección.
- Mientras caminas con ellos, explícales las señales de las calles y cómo funcionan los semáforos. A los niños pequeños hay que recordárselo constantemente hasta que se familiaricen con ellos.
- Enseñe a sus hijos a detenerse en todas las carreteras, a mirar a ambos lados y a decir en voz alta "no vienen coches por aquí, no vienen coches por allá".
Por último, explique a sus hijos que correr hacia la calle es peligroso, y practiquen juntos siempre que puedan.
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